“Encuentra tu respiración. Tomate tu tiempo para percibir estas palabras. Piensa en la habitación donde estamos, ¿Cómo la sientes? Encuentra tu respiración y encuentra tus pies. Mueve la cabeza de un lado a otro suavemente, ahora arriba y abajo. Déjala caer lentamente hacia tu pecho. Llega tan lejos como ella te lo permita. Fíjate como tu respiración ayuda a lubricar los movimientos.
Levanta la cabeza y vuelve a tomar aire, esta vez largamente unos cinco segundos al inspirar y cinco segundos al espirar. Ahora lentamente levanta los hombros, por ambos lados, hacia las orejas. Inspira profundamente mientras lo haces y contén la respiración mientras levantas los hombros tanto como puedas.
Luego deja salir el aire y deja caer tus hombros. Sacude la cabeza para soltar el cuello un poco más y vuelve a inspirar, levantando los hombros hacia las orejas. Ahora déjalos caer como si fueran pesos de plomo.
Fíjate donde esta tu atención. Ahora mismo concentraros en una sola cosa, utilizando tu respiración para relajar el cuello y los hombros. Ahora sentir la gravedad, siente el peso de tu cuerpo sobre la silla que estas sentado o el suelo. Permítete sentir el peso.
Permítete sentirte muy pesado, continúa…Esto se llama relajarse con la gravedad. Siente la gravedad como si fuese una manta, una manta con pequeños pesos magnéticos en ella. Una manta que tiene la cantidad perfecta de atracción para mantenerte unido a la Tierra.
Disfruta de tu manta, es tu propia manta de gravedad.Ahora encuentra tus pies. ¿Dónde están? Si están en el suelo empieza a sentir el suelo por todas las partes de tus pies, los bordes, los talones. Agarrate al suelo con los dedos para sentir una mayor conexión.¿Puedes sentir la coronilla de tu cabeza al inspirar? ¿Puedes sentir como si hubiera un diminuto agujero para el aire en la parte superior de tu cabeza? Experiméntalo. Quizá el aire entre a través de los huesos de tu cabeza, no solo por un agujero. Simplemente se consciente de lo que está encima de ti al tiempo que eres más consciente de tus pies y respiración. Coronilla, respiración, pies… Bien.
Ahora imagina que una luz blanca, como la luz de un rayo láser, entra por la coronilla de tu cabeza y llega hasta tus pies. Tomate todo el tiempo que necesites. Imagina que esa columna de luz atraviesa tu cuerpo desde la coronilla hasta los pies. Haz que sea cada vez más grande, más tangible, con cada respiración. Esta es tu columna de luz, de modo que disfrútala. Conócela. Tienes todo el tiempo del mundo.
Ahora dejamos que la columna de luz empiece a descender por debajo de los pies entrado en el suelo, continua, deja que penetre cada vez más profundamente. Visualízalo entrando en la Tierra debajo de ti, bajo tus pies y en el espacio que está bajo tus pies. Esta es tu columna de luz, concéntrate en ella. Observa hacia donde te lleva. Empieza a imaginar un cristal, un gran cristal del tamaño de una ciudad, en el centro de la Tierra. Visualiza tu luz empezando a penetrar el cristal. Visualiza tu columna de luz blanca descendiendo debajo de ti mientras empieza a brillar dentro de ese gigantesco cristal, observa lo que ocurre…
Ahora eres muy sólido y estas dentro del cristal, tú eres el cristal. Visualiza la luz blanca rodeándote por todas partes, rebotando y reflejándose en los lados de ese gigantesco cristal en el centro de la Tierra. Este es tu centro. Has llegado al hogar. Fíjate si puedes encontrar algo especial, solo para ti en este centro. Tomate tu tiempo. Respira suavemente mientras lo haces.
Observa la columna de luz que está encima de ti, saliendo de tu cabeza y llegando hasta la superficie de la Tierra. Esta es tu cuerda de salvamento, tu camino hacia el mundo que esta arriba. Observa con que facilidad puedes moverte de un sitio a otro: centro, superficie, centro superficie. Fíjate con que facilidad puedes moverte solamente con tu respiración: centro superficie, centro, superficie. Estas anclado, pero puedes moverte de un lado a otro, de un lado a otro.Volvemos a centrarnos en la respiración, cinco segundos para inspirar, cinco segundos para espirar. Encuentra tus hombros ¿Cómo los sientes? ¿Puedes encontrar sus bordes externos donde rejuntan con los brazos?Bien, continua respirando, cinco segundos hacia dentro, cinco segundos hacia fuera, mueve tu cuello y tu cabeza de lado a lado, arriba y abajo suavemente ¿Cómo te sientes? ¿Te sientes un poco pesado?Bien. Has bajado a la frecuencia de la Tierra, a la frecuencia del cristal de núcleo de hierro.
Tomate tu tiempo para volver a entrar en tu espacio.
Recuerda tu viaje.
Siente tus pies sobre el suelo.
Recuerda lo que encontraste ahí.
Tómate tu tiempo. Tienes el resto de tu vida para vivir.”
Levanta la cabeza y vuelve a tomar aire, esta vez largamente unos cinco segundos al inspirar y cinco segundos al espirar. Ahora lentamente levanta los hombros, por ambos lados, hacia las orejas. Inspira profundamente mientras lo haces y contén la respiración mientras levantas los hombros tanto como puedas.
Luego deja salir el aire y deja caer tus hombros. Sacude la cabeza para soltar el cuello un poco más y vuelve a inspirar, levantando los hombros hacia las orejas. Ahora déjalos caer como si fueran pesos de plomo.
Fíjate donde esta tu atención. Ahora mismo concentraros en una sola cosa, utilizando tu respiración para relajar el cuello y los hombros. Ahora sentir la gravedad, siente el peso de tu cuerpo sobre la silla que estas sentado o el suelo. Permítete sentir el peso.
Permítete sentirte muy pesado, continúa…Esto se llama relajarse con la gravedad. Siente la gravedad como si fuese una manta, una manta con pequeños pesos magnéticos en ella. Una manta que tiene la cantidad perfecta de atracción para mantenerte unido a la Tierra.
Disfruta de tu manta, es tu propia manta de gravedad.Ahora encuentra tus pies. ¿Dónde están? Si están en el suelo empieza a sentir el suelo por todas las partes de tus pies, los bordes, los talones. Agarrate al suelo con los dedos para sentir una mayor conexión.¿Puedes sentir la coronilla de tu cabeza al inspirar? ¿Puedes sentir como si hubiera un diminuto agujero para el aire en la parte superior de tu cabeza? Experiméntalo. Quizá el aire entre a través de los huesos de tu cabeza, no solo por un agujero. Simplemente se consciente de lo que está encima de ti al tiempo que eres más consciente de tus pies y respiración. Coronilla, respiración, pies… Bien.
Ahora imagina que una luz blanca, como la luz de un rayo láser, entra por la coronilla de tu cabeza y llega hasta tus pies. Tomate todo el tiempo que necesites. Imagina que esa columna de luz atraviesa tu cuerpo desde la coronilla hasta los pies. Haz que sea cada vez más grande, más tangible, con cada respiración. Esta es tu columna de luz, de modo que disfrútala. Conócela. Tienes todo el tiempo del mundo.
Ahora dejamos que la columna de luz empiece a descender por debajo de los pies entrado en el suelo, continua, deja que penetre cada vez más profundamente. Visualízalo entrando en la Tierra debajo de ti, bajo tus pies y en el espacio que está bajo tus pies. Esta es tu columna de luz, concéntrate en ella. Observa hacia donde te lleva. Empieza a imaginar un cristal, un gran cristal del tamaño de una ciudad, en el centro de la Tierra. Visualiza tu luz empezando a penetrar el cristal. Visualiza tu columna de luz blanca descendiendo debajo de ti mientras empieza a brillar dentro de ese gigantesco cristal, observa lo que ocurre…
Ahora eres muy sólido y estas dentro del cristal, tú eres el cristal. Visualiza la luz blanca rodeándote por todas partes, rebotando y reflejándose en los lados de ese gigantesco cristal en el centro de la Tierra. Este es tu centro. Has llegado al hogar. Fíjate si puedes encontrar algo especial, solo para ti en este centro. Tomate tu tiempo. Respira suavemente mientras lo haces.
Observa la columna de luz que está encima de ti, saliendo de tu cabeza y llegando hasta la superficie de la Tierra. Esta es tu cuerda de salvamento, tu camino hacia el mundo que esta arriba. Observa con que facilidad puedes moverte de un sitio a otro: centro, superficie, centro superficie. Fíjate con que facilidad puedes moverte solamente con tu respiración: centro superficie, centro, superficie. Estas anclado, pero puedes moverte de un lado a otro, de un lado a otro.Volvemos a centrarnos en la respiración, cinco segundos para inspirar, cinco segundos para espirar. Encuentra tus hombros ¿Cómo los sientes? ¿Puedes encontrar sus bordes externos donde rejuntan con los brazos?Bien, continua respirando, cinco segundos hacia dentro, cinco segundos hacia fuera, mueve tu cuello y tu cabeza de lado a lado, arriba y abajo suavemente ¿Cómo te sientes? ¿Te sientes un poco pesado?Bien. Has bajado a la frecuencia de la Tierra, a la frecuencia del cristal de núcleo de hierro.
Tomate tu tiempo para volver a entrar en tu espacio.
Recuerda tu viaje.
Siente tus pies sobre el suelo.
Recuerda lo que encontraste ahí.
Tómate tu tiempo. Tienes el resto de tu vida para vivir.”
Fuente: “Alquimia de las Nueve Dimensiones”. Barbara Hand Clow. Ed. Obelisco